Nuestra Vision

Nosotros

Inicio

Nosotros

Celebración Cristiana: Una Iglesia en Durham Donde Puedes Sanar, Crecer y Encontrar Tu Propósito en Dios

Nuestros Pastores: Ernesto y Martha Lembert

“Soñamos con una iglesia donde las personas puedan sanar por dentro, encontrar su lugar en la familia de Dios, y descubrir que aún hay esperanza para sus vidas.”

En el año 2007, los pastores Ernesto y Martha Lembert fundaron Celebración Cristiana con una visión clara: levantar una iglesia centrada en Jesús, donde las personas sean restauradas, amadas y guiadas a vivir con propósito eterno.

Junto a su hija, han formado una comunidad donde se vive el amor de Dios, se predica la verdad con sencillez, y se ayuda a cada persona a crecer espiritualmente y encontrar su lugar en la familia de la fe.

“Sabemos que muchas personas cargan heridas del pasado o sienten que no encajan en ningún lugar. Pero en Celebración Cristiana hay espacio para ti. Aquí puedes comenzar una nueva historia.”

Nuestra visión es simple y profunda:
Amar a Dios, amar a las personas y hacer discípulos de Jesús.
Creemos que esto resume el gran mandamiento y la gran comisión. Por eso, todo lo que hacemos —cada reunión, cada mensaje, cada relación— tiene ese enfoque: adoración verdadera, comunidad genuina y formación espiritual.

Celebración Cristiana está ubicada en Durham, Carolina del Norte, y ha sido para muchos un lugar de refugio espiritual y restauración familiar. Cada sonrisa, cada enseñanza, cada encuentro, está diseñado para recordarte que Dios no ha terminado contigo… y que tu historia apenas comienza.

¡Nos encantaría darte la bienvenida muy pronto y ayudarte a descubrir tu lugar en esta familia!

“Serán como árboles plantados a la orilla de un río, que siempre dan fruto en su tiempo. Sus hojas nunca se marchitan, y prosperan en todo lo que hacen.”
Salmo 1:3

Nuestra visión

Nuestra visión nace del gran mandamiento y la gran comisión:
Amar a Dios, amar a las personas y hacer discípulos de Jesús.
Creemos que Dios ha llamado a cada persona a sanar, crecer y desarrollar el propósito eterno que Él ha puesto en su vida —no solo en lo ministerial, sino en lo familiar, espiritual, emocional y profesional.

Amar a Dios

Amar al Señor, tu Dios con todo tu corazón, alma, mente y fuerzas es nuestra mayor respuesta. Nosotros le amamos porque Él nos amó primero. Lo demostramos con adoración, obediencia y entrega.

Amar al prójimo

Amamos a otros como Cristo nos ama: con compasión, verdad y fidelidad. No solo cuando es fácil, sino incluso cuando cuesta. Así se transforma el mundo, una relación a la vez.

Hacer discípulos de Jesús

Formamos discípulos comprometidos con Jesús, compartiendo su Palabra por todos los medios. Lo hacemos juntos, como un solo cuerpo, llevando esperanza a donde más se necesita.